viernes, 8 de enero de 2016

El Yeti



“El Yeti es un ser bípedo que camina ligeramente inclinado hacia delante. Tiene todo el cuerpo cubierto de pelo lacio y fuerte, excepto la cara, de piel blanca o rojiza; el pelaje es más corto por el pecho y por debajo de las rodillas y su cabeza es ovalada y puntiaguda”.
Esta es la definición en la que han coincidido la diversidad de personas que aseguran haber visto al Yeti.

Ya en 1921, el coronel Howard-Bury, jefe de la primera expedición británica al Everest, afirmó ver en las pendientes nevadas, a más de 6000 metros de altura, unas siluetas. Al alcanzar la cota donde le había parecido ver aquellas grandes sombras descubrieron unas descomunales pisadas. Son muchas las personas que aseguran haberse cruzado o haber hallado pruebas (pelo, huellas, etc) de la existencia del Yeti, el hombre de las nieves. No obstante, la comunidad científica no considera que haya suficientes indicios para realmente concluir en la existencia de este ser.
En 1951 Erik Shipton  fotografió unas huellas en la región oriental de Nepal que no pudieron ser adjudicadas a ningún ser conocido hasta el momento, eran exageradamente grandes.
Como documentación publicada al respecto, el alpinista Reinhold Messner, después de conquistar las 14 cimas más altas del mundo, se dedicó a organizar expediciones para buscar al Yeti y publicó un libro sobre ello (Yeti, Leyenda y realidad. Ed. Desnivel - 1999).
Himalaya
Todas las personas que afirman haberse cruzado con este inquietante ser coinciden en que su aparición va precedida de un silbido agudo (que ningún oso es capaz de emitir), que siempre se mueve en solitario y que huye del lugar donde es visto con ágiles y rápidos movimientos en posición erguida, como la de un ser humano. Coinciden también en que sus brazos son largos hasta las rodillas y en que su cabeza es desproporcionadamente grande y acabada en punta.
Hasta hace poco tiempo no se ha podido demostrar la existencia de este ser conocido como el hombre de las nieves del Himalaya. Sin embargo, el genetista de la universidad de Oxford, Bryan Sykes, ha concluido que el temido Yeti podría en realidad ser una subespecie híbrida entre oso polar y oso pardo.
El profesor Sykes apoya sus afirmaciones en los resultados obtenidos del análisis genético de varias muestras de pelo atribuidas a dos ejemplares de Yeti, o que por lo menos no habían sido identificados como ningún animal conocido. Uno de ellos fue visto en la región occidental del Himalaya, en Ladakh, y el otro procedía de Bhutan, a unos 1.300 km al este. Posteriormente, comparó las secuencias de ADN con la base de datos de animales Gen Bank.
El resultado más sorprendente es que dichas muestras ofrecen un 100% de coincidencia con el ADN obtenido de la mandíbula de un oso polar que vivió entre unos 40.000 y unos 120.000 años atrás en las árticas islas Svalbard (Noruega). Los expertos pensaban que en aquellos tiempos los osos polares y los osos pardos comenzaron a separarse en dos especies diferentes… ¿sería el Yeti una tercera vía evolutiva híbrida?
“Este es un resultado emocionante y completamente inesperado que nos ha dado una sorpresa a todos”, ha declarado Bryan Sykes a las agencias internacionales. “Hay más trabajo por hacer en la interpretación de los resultados. No creo que esto signifique que hay osos polares prehistóricos deambulando por el Himalaya.

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